Por Dra. Lorea Martínez
Me estaba poniendo mis zapatillas deportivas cuando mi hija de 8 años entró en el cuarto para informarme que su proyecto de ciencias debía entregarse al día siguiente, y que necesitaba ayuda. “¿Qué? ¿No lo tienes que entregar la semana próxima?” Pregunté incrédula. Me aseguró que debía entregarse mañana. “Mamá va a salir a caminar ahora. ¿Puedes pedirle a papá que te ayude?”, le dije. Comenzó a llorar: “Mamá, no puedo pegar todas estas cosas sola, y papá está hablando por teléfono. ¡Mi maestra se enojará conmigo si no llevo mi proyecto mañana como se supone que debo hacer!” dijo levantando la voz, y salió enojada del cuarto. Yo estaba TAN molesta. Había estado todo el día trabajando en un proyecto estresante del trabajo, y realmente necesitaba salir a caminar. Incluso lo había escrito en el calendario de la familia, para que no hubiera duda de que mamá no iba a estar disponible. Pero también le había prometido a mi hija que la ayudaría con su proyecto de ciencias. Así que ahí estaba yo, quitándome las zapatillas y acomodando la mesa de la cocina para ayudar a mi hija a terminar su proyecto de ciencias.
Para muchos padres como yo, cuidar de nuestras propias necesidades puede parecer algo que podemos hacer sólo cuando todas las otras tareras ya se han hecho ⎯ir al trabajo, hacer la compra de comestibles, ayudar con la tarea, lavar la ropa, pagar las facturas, llevar a los niños a los deportes después de la escuela⎯ y están cubiertas las necesidades de todos los demás. A menudo, vamos de una cosa a otra sin respirar o parar a pensar si es realmente necesario hacerlo todo. A veces incluso intentamos hacer varias cosas a la vez, con la esperanza de que seremos más eficientes. ¿Te has encontrado preparando la cena y ayudando a tus hijos con la tarea mientras envías mensajes de texto? Toma nota. Aunque realizar múltiples tareas a la vez puede parecer una buena idea, en realidad aumenta nuestro nivel de estrés de varias maneras: estamos más distraídos, perdemos información importante, y no podemos pensar con tanta claridad. Es más probable que los padres pierdan la paciencia con sus hijos cuando realizan múltiples tareas, lo que crea un ambiente estresante para todos, y disminuye la productividad.
Sacar tiempo para cuidarse no significa ser egoísta; en realidad, es una estrategia de supervivencia. Si no vamos a nuestras citas con el médico, reducimos las horas de descanso o no llevamos una dieta saludable, nuestra salud física se verá afectada. Si no tenemos espacio para relajarnos o para hacer algo que nos hace disfrutar, nuestra salud mental empeorará. La cuestión es que cuando los padres y madres dedican tiempo para satisfacer sus propias necesidades, tienen más paciencia, energía y pasión para compartir con su familia. Eso significa que los niños se benefician de tener padres y madres resistentes y saludables.
Ese día, ayudé a mi hija con su proyecto de ciencias hasta que mi esposo terminó de hablar por teléfono. Aunque mi hija quería que mamá la ayudara, la dejé con papá, y salí a caminar. Hubiera sido más fácil quedarme, pero después habría estado de mal humor y con resentimiento. Sabía que primero necesitaba ponerme la máscara de oxígeno, antes de continuar ayudando a otros.
Si quieres ser un mejor padre o una mejor madre y ser más paciente este año, haz una cosa: cuídate. Aquí te damos algunas ideas para comenzar:
- Aprende a decir “No” con más frecuencia. Si tú y tu familia tienen demasiados compromisos, considera establecer algunos límites saludables. Puedes decir que no a algunas fiestas de cumpleaños u otros eventos sociales, para que la familia tenga tiempo para descansar y disfrutar los unos de los otros antes de que comience la semana. Negocia con tus hijos para que ellos elijan las actividades que preferirían hacer, de manera que participen en este proceso y tengan una sensación de control sobre su tiempo.
- Presta atención a cómo te sientes. Saca tiempo para observar cómo te sientes. ¿Hay algo que te preocupe? ¿Hay algo que quieras hacer? Con sólo 5 minutos, puede ser suficiente. Este es un momento para que consideres las emociones que impulsan tus acciones.
- Haz ejercicio. Encuentra una actividad que te haga moverte; puede ser algo sencillo como caminar alrededor de la manzana o bailar tu canción favorita. Elige algo que puedas incorporar de forma realista en tu horario.
- Crea independencia en tus hijos. Muchas veces hacemos cosas por nuestros hijos que ellos pueden hacer solos. Piensa qué trabajos o actividades pueden hacer tus hijos de manera independiente, para que tú puedas dedicarte a hacer otras cosas.
- Pide ayuda. ¡Se necesita una aldea para criar niños y niñas seguros y saludables! Los amigos, los familiares y las organizaciones comunitarias pueden ayudarte cuando lo necesites. Pedir ayuda no es un signo de debilidad.
- Socializa con tus amistades. La paternidad/maternidad puede hacerte sentir solo o sola a veces. Tómate un tiempo para llamar por teléfono o salir a tomar un café con un buen amigo o una buena amiga, sin los niños. Conectarse con amigos y tener conversaciones ininterrumpidas con adultos puede contribuir en gran medida a apoyar nuestro propio bienestar.
La crianza de los hijos e hijas es un trabajo difícil y agotador. Al sacar tiempo para cuidarte, puedes ser más receptivo/a y estar más presente para tus hijos e hijas. Prueba estas estrategias, y déjanos saber cómo te va.
Hasta la próxima, Happy Parenting!